Programa de motivación y creación de actividades para ingenieros jubilados y prejubilados
La sociedad española está dando, desde hace ya décadas, mayores oportundidades a los jóvenes, en detrimento del empleo de la experiencia de los mayores. Este desplazamiento ha afectado, también, a los ingenieros de minas.
Son muchos los compañeros que, bastante antes de llegar a la edad teórica de jubilación, se han visto con sus bagajes profesionales en casa. Provenientes fundamentalmente de la reconversión del carbón o la siderurgia, no son exclusivamente, sin embargo, estos sectores, los que alimentan el paro forzoso de nuestros colegas que se ven abocados a ocupar su tiempo libre con actividades muy distintas a las que llenaron su vida hasta entonces.
Por otra parte, el paso inexorable de la edad y la relativa falta de vocaciones mineras -mal orientadas, o mejor, desorientadas las posibles inquietudes por una falsa creencia de que la carrera de ingeniero de minas tiene pocas salidas profesionales- está haciendo envejecer a pasos rápidos nuestro colectivo.
Nos parece bien organizar viajes y excursiones para que nuestros compañeros de la tercera edad y más jóvenes tengan oportunidad de disfrutar de sus años dorados. Pero también nos parece imprescindible, por ellos mismos y por nosotros y por la sociedad a la que pertenecemos, que sigan siendo eficaces en la comunicación y empleo de sus conocimientos.
Son muchos los modos, que hay que profundizar entre todos. Desde la ayuda al tercer mundo, con información, consejos, proyectos y la permanencia ocasional en los países en desarrollo, hasta la cooperación con ongs, organismos caritativos, enseñanzas profesionales a colectivos marginados, a inmigrantes, a discapacitados.
Se pueden y deben dar conferencias, participar en foros, crear oportunidades de encuentro entre los que están activos profesionalmente y los que se han visto obligados a la inactividad de lo que sabían bien, porque les han desplazado u obligado un buen día a abandonar las oficinas o los despachos.
El Colegio de Centro anunció la creación de la Comisión de Jubilados en el boletín Informativo/Hoja parroquial de junio 2008. ¿Qué se hizo con ella y en ella? ¿Dónde fueron a parar esos propósitos?
Démos transparencia, contenidos y continuidad a las acciones que emprendemos. Si no es así, si no fuera así, dejaríamos, como se está dejando, poblado de hitos estériles el camino, alfombrado de própósitos que no hemos sabido llevar a fin alguno, perdidos en el maremágnum de los deseos fallidos, de las promesas incumplidas.
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